Capacitación: instrumento de cambio

Papá, terminé el Kinder e ingreso al cole… ¡TIEMPO DE CAMBIOS!

Recuerdo que hace un tiempo llevé al cine a mis hijos como premio por haber culminado exitosamente el año escolar; en un caso el mayor había culminado su educación inicial y la pequeña terminó el nido. Ella entraba al Pre-Kinder (en el colegio) y él ingresaba a la primaria (¡con los chicos grandes!). Como es de imaginar, los dos tenían millones de preguntas respecto a qué les depararía el destino en el 2017, qué cambios habría en sus vidas, y cuáles serían las nuevas dinámicas a las que se verían expuestos. Por supuesto si algo yo no lograba explicarles, tendrían a disposición su tremenda imaginación para graficar (con lujo de detalles) lo que les esperaría.

 

En la empresa de hoy pasa exactamente lo mismo (salvo que yo no puedo llevar al cine a todos mis colaboradores, y ellos no son TAN imaginativos como lo son los niños). Lo cierto es que enfrentamos numerosos retos y la regla hoy es el cambio permanente y lo que necesitamos es información. Pues no podemos obviar que dentro de esta vorágine de cosas que suceden al interior de nuestras empresas, a fin de ser más competitivas y hacer más y mejores negocios, está el colaborador, del que muchas veces esperamos que adopte nuevos modelos, una nueva cultura o un nuevo sistema, pero no les brindamos la información que necesitan para enfrentar estos nuevos retos (al fin y al cabo, estamos hablando de gente adulta… ¡tienen que entender!).

 

En este orden de ideas quisiera transmitir lo esencial que resulta observar a la capacitación empresarial o corporativa como un instrumento fundamental para el cambio, que nos permite transmitir información valiosa a nuestros colaboradores de 3 maneras esenciales:

1.- Información sobre conocimiento técnico (instrumental):

“Hijo, el próximo año, te enseñarán a leer y escribir!”

En este caso brindamos al colaborador el mayor conocimiento posible de las nuevas herramientas a emplear, lo cual no se circunscribe solo a enseñarle qué es lo nuevo, sino a ayudarlo, invitándolo a participar del proceso de implementación. De esta forma nos podemos valer de muchos modelos, como la creación de un equipo de trabajo multidisciplinario que implemente, para luego ser catalizador de las nuevas directrices, herramientas y tareas al resto del equipo brindando a otros soporte en este proceso de aprendizaje.

2.- Cambio Actitudinal:

“Papi, si no están mis amigos… ¡no voy a tener con quién jugar!”

Una actitud es una predisposición adquirida para evaluar de una manera una situación y actuar en consonancia con tal evaluación. De tal forma, las personas respondemos a nuestras actitudes en forma favorable o desfavorable. Una actitud en suma es un estado de ánimo. Esto afecta el modo en que percibimos las cosas, la emoción que nos generan, y la conducta que adoptamos frente a ello. Cuando realizamos cambios que impactan en las personas que son parte de nuestra organización, debemos tener esto muy presente y transmitir un sentido de urgencia al interior de la organización;

¿Por qué es importante el cambio?

¿Qué va a cambiar?

¿Me veré afectado?

¿Cómo estos cambios me benefician?

Es en este contexto donde la capacitación tiene un rol fundamental, brindando a los colaboradores detalles sobre los cambios que se suscitarán en el día a día, fortaleciendo la confianza de la gente y preparándolos para la inevitable resistencia al cambio. La capacitación debe ser entendida pues, como un instrumento para que los colaboradores reciban mayor información. Pero en la otra mano tendremos además una inmejorable oportunidad para desarrollar en ellos competencias necesarias para el éxito, como el liderazgo, el trabajo en equipo, la flexibilidad y la adaptabilidad, fundamentales para que las personas se desarrollen en el ámbito laboral en un contexto de cambio. Esto último es importante, pues resulta en una inmejorable oportunidad para brindar al trabajador un beneficio colateral del proceso de cambio, a partir del hecho que este tipo de capacitación es percibida como una ayuda para crecer como individuos. Ello relacionado a una estrategia de endo-márketing orientada al cambio, contribuirá a generar una mejor actitud hacia el proceso además de prepararlos para lo nuevo.

3.- Cambio cultural:

“Hijo, estás creciendo y con el crecimiento vienen cosas nuevas y divertidas…”

Darwin en su teoría de la evolución de las especies decía que los organismos que logran adaptarse a los cambios del ambiente son los que sobreviven. Debemos entender que lo mismo ocurre en las empresas, y por ello el cambio no sólo es importante sino imprescindible. En ese sentido la capacitación no debe ser entendida como un elemento a activar cuando se presente la necesidad del cambio. La capacitación en este caso requiere ser entendida como un proceso continuo, que ayude a la empresa en a la construcción de su identidad, y que debemos reorientar adecuada y permanentemente a fin de “bajar” la visión de los líderes hacia los colaboradores, de una forma lúdica, inclusiva y fundamentalmente estratégica. Debemos partir entonces del hecho que la cultura organizacional no se construye de un día al otro, sino que debe ser un esfuerzo constante y coherente para unificar tanto las actitudes que se requiere promover y las decisiones de los líderes. En ese contexto es claro que la capacitación constante y permanente es clave para lograrlo.

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